Con las bicis cargadas desde ayer, y contando que en Portugal es una hora menos, no hemos tenido que salir demasiado temprano para Elvas: Felipe, Nono, Gabri, Jose, Nacho, Antonio, Manu, Paco, Perico, Julio, Vicente y yo.
A las 9 hora local llegamos a la villa portuguesa, donde ya se respira un ambiente totalmente ciclista. Mucha gente y una temperatura ascendiendo, presagio de lo que va a ser la jornada.
Tras montar las bicis acudimos al punto de reunión para acreditarnos y recoger el dorsal. Los portugueses no escatiman intendencia y puedes desayunar desde zumos y café hasta bocadillos.
Se acerca la hora de salida y tomamos posición a la cola del numeroso grupo. Con puntualidad inglesa se da la salida cuando el calor es ya más que notorio.
Salida del pueblo y en cuanto tocamos la tierra piso un pedrolo que ha esquivado el que va delante y yo no he visto. Resultado: me voy al suelo por el manillar, afortunadamente sin consecuencias notables para mi físico, pero no para la bici, en la que pierdo el freno delantero y el cuenta.
A partir de aquí el calor "in crescendo", lo que unido a las exigencias del circuito, con algunas subidas y consiguientes bajadas de vértigo, hacen el recorrido exigente y selectivo hasta tal punto, que muchos de los que vienen con intención de hacer la ruta larga, optan por desviarse por el trayecto más corto, que no menos exigente, en cuanto a técnica y pendiente. De hecho algunas de las bajadas sin el freno delantero las acometo a pie.
He terminado los 45 km. en el puesto 353 de 534, con un tiempo de 3:25:49 y una media de 12:54, lo que no está nada mal para la exigencia del recorrido, la avería del freno y las largas paradas en los avituallamientos.
Reagrupado con los colegas de la ruta corta y los que han acortado dirigimos nuestros pasos a la ducha del complejo deportivo de la salida del pueblo, donde nos llevamos la agradable sorpresa de encontrar un jacuzzi!!!!
Con la ducha y el baño, y el relax que proporcionan unas buenas sagres bien frías hemos reagrupado al resto y nos hemos dirigido al restaurante a disfrutar del merecido almuerzo, no de mucha calidad, pero sí de cantidad, ya que puedes repetir cuanto quieras.
